viernes, 11 de julio de 2025

El maullido de los Silvano

"Era casi media noche. Estábamos a dieciséis grados, lo supe porque la mujer en la radio de la cafetería acababa de decirlo. “Falta menos de un mes para despedirnos del año, y con él, se va una década que trajo muchos cambios en el mundo del cine, la música y la televisión…” anunció. “Acompáñenme durante la próxima hora en la que haremos un recuento de lo mejor de la década de los ochenta…”

Yo pagué cincuenta centavos por mi soda de limón y le di tres largos tragos que la dejaron apenas por encima de la mitad. Si bien habíamos escapado de nuestros perseguidores, todavía sentía el pulso acelerado y necesitaba enfriar mi cabeza. Mi amigo, por el contrario, acariciaba el borde de su soda de uva de lo más tranquilo. Tenía una sonrisa en los labios y sus ojos brillaban como si estuviera viendo un futuro bello a través del cristal de la botella. "


Estos son los dos primeros párrafos  de mi proyecto cuyo título tentativo es "El maullido de los Silvano". Es una historia sobre cuatro amigos que empecé a bosquejar por ahí del 2009 y que, si bien no es la historia que originalmente quería escribir, es la que mejor se presta para empezar a incursionar en el mundo de la novela.

La imagen que pongo es de un arte conceptual de dos de los protagonistas que hice hace unos días. El original es una acuarela sobre papel fabriano. 

Ojalá esta historia pueda encontrar un grupo de lectores cuando vea la luz. 

sábado, 5 de julio de 2025

Habemus mascota oficial

 No soy diseñadora, lo admito. Conozco un poco de las bases del diseño por cosas que mi hermana y algunos amigos me han platicado, pero hasta ahí. Sin embargo, como parte del proceso para desarrollar novelas ilustradas (que ni siquiera sé si llegarán a alguien) estuve buscando un ícono, un elemento que fuera representativo de lo que quiero hacer. Una mascota.

Ayer vi una película muy entretenida llamada "Nonas", sobre un sujeto que abre un restaurante italiano y contrata abuelitas italianas para que la comida sepa como hecha en casa. "Más que un restaurante, ofrecemos familia" dijo. Está basada en una historia real. Me gustó el concepto porque es parecido a lo que quiero hacer: no ofrecer solo una historia de personajes ficticios a la gente, de la que tal vez no recordarán nada cuando lean su siguiente libro, sino un sentimiento que se quede con ellos. Y por eso, la mascota que elija debería de representar algo así. 

Estuve dándole vueltas toda la semana al tema. Una opción era un oso panda, porque me gustan los pandas (en general, me gustan los osos de todo tipo); pero encontré algo mejor.


Este par de muñecos que ven en la foto los he tenido... pues... casi toda mi vida; desde que tenía como cuatro o cinco años (en serio, no me recuerdo jugando a algo en donde ellos no estuvieran). A uno hasta se le ve el parche. Me han acompañado en mis diferentes mudanzas, hasta se fueron en mi maleta cuando me cambié de ciudad. Uno de ellos en particular, el Oso Café, guarda sentimientos  muy especiales porque me lo obsequió cierta persona a quien ni siquiera recuerdo, pero que cada que pienso en ella me llena de ternura. 

Por eso no podría hacer mejor mascota para la marca  (si se le puede llamar así) que él. A partir de hoy, Oso Café será mi imagen. Me pregunto si realmente volará tan lejos como sueño. 






lunes, 30 de junio de 2025

Diseño de portada: el sentimiento de la novela en una imagen

 No sé cuántas veces he leído y escuchado la frase "no se debe juzgar un libro por su portada", pero confieso que yo sí le doy importancia  a la portada... Y mucha.

La portada de un libro es la primera impresión que el posible lector tendrá de la historia, es la imagen que le servirá para decidir si lee la sinopsis o sigue de largo. Por ende, es un arma poderosa (sino es que la más) que tenemos quienes escribimos historias para enamorar al público.

Portada Versión 2. El maullido de los Silvano

¿Cómo se hace una buena portada? Lamento decirles que no lo sé, pues  no soy mercadóloga ni diseñadora; pero soy dibujante y sé que quiero poner los sentimientos de mis personajes en la imagen que usaré para darlos a conocer. Ya sean amor y esperanza o  melancolía y desesperación, esas emociones me hacen ver los colores, las siluetas y la distribución de los elementos en el cuadro. Siento que con cada línea que trazo y cada pincelada que doy, le impregno vida a la imagen; una vida  que espero pueda trascender más allá del papel y abrazar a quienes la vean. Quizás lo que digo suene muy romántico para algunos, pero tengo fé en que hay otros que saben de qué hablo.

Cuando pienso en una portada suelo hacer varios diseños hasta que alguno me convence. No son ilustraciones terminadas, solo garabatos con alguna emoción. Tampoco son perfectos,  porque soy solo una humana con un trozo de papel y no un software que puede lograr una simetría impecable; pero creo que la perfección está justamente en la imperfección de los detalles. Y no me refiero solo a los dibujos.

Bocetos de portadas: versión 3 y versión 4

También suelo hacer dibujos de los personajes durante el proceso. Me ayudan a entenderlos mejor: cómo lucen, cómo visten, qué expresiones  tienen y qué colores son sus favoritos.  A veces dibujo escenas entre ellos para poder ver más allá de las líneas y entender cómo interactúan, y a veces las escenas no quedan como quiero y debo borrarlas y empezar de nuevo. 

Alguien podría preguntarse "¿por qué tanto empeño en los dibujos cuando lo que quiere es escribir una historia, es decir, comunicarse con palabras?", y la respuesta es: porque mi objetivo es combinarlos a ambos, dibujo y escritura, para darle vida a los personajes de mi cabeza. De hecho, mi primer  acercamiento a la creación de historias fue por medio del dibujo;  la escritura vino después.

Diseño de personaje

    Es por todo lo anterior que desarrollar mis ideas me ha         tomado mucho tiempo (¡años!) y no puedo competir con         la velocidad con que hoy en día se publican los libros.             Para muestra, bastará con decirles que los personajes de         mi primera novela, El maullido de los Silvano (que subiré     a internet próximamente), nacieron por ahí del 2008-            2009, es decir, hace diecisiete años. Pero de ellos hablaré         más a detalle en otra  entrada.

    Hoy vivimos en una época dominada por la inmediatez,         en la que pareciera que lo importante es producir artículos     (digitales o físicos) y sacarlos al mercado "más  rápido         que el vecino  de junto". En un mundo así, tomarse el             tiempo necesario para desarrollar una historia, crear a sus         personajes  y entender sus emociones para construir, poco     a poco, su universo, es un acto de rebeldía. 

 

sábado, 28 de junio de 2025

Primera entrada: de cómo una mujer se embarca en el mundo de la novela ilustrada


   

 Hola a todos los que por alguna razón del destino han caído en mi blog. Soy Maeri y esta es la primera entrada del que (espero) se convertirá en el sitio en el que podré almacenar todos mis procesos, fotografías, manuscritos y cosas que voy creando con el fin de convertirme en una novelista. "Un lugar dónde guardar mis cachivaches",  como le dije a la amiga que tenía a mi lado cuando abrí el sitio.

Vayamos al tema que da  título a la entrada: ¿cómo una mujer de pronto despierta y decide que quiere escribir novelas? Bueno, les diré que no fue tan "de  pronto" como acabo de escribir, en realidad fue un proceso largo... más bien, creo que fue una decisión de siempre.

Desde niña he tenido ese gusanito travieso en la cabeza, que despierta y se retuerce de la emoción cuando se imagina las historias que hay (o podrían haber) detrás de un parque lleno de flores, una estación de trenes abandonada o una carretera que parece infinita. Y desde aquel entonces recuerdo acompañar esas historias con dibujos de osos deformes o perros que tenían cuerpo de rectángulo.

Fue masomenos durante esas épocas que conocí el mundo del animé, que en aquel entonces era conocido como "caricatura" y que, no voy a negar, tuvo (y todavía tiene) una gran influencia en mis dibujos. Había algo único en esos ojos grandes y vestimentas exóticas que hacían a una creer que todo era posible: que hay magia dentro de cada persona, que el amor puede evitar guerras y que el destino siempre nos llevará al lugar en donde debemos estar si somos fieles a nosotros mismos.

Ese y otros pensamientos me han dado fuerza en varias etapas de mi vida y son lo que busco plasmar en mis historias. 

Pero no todo es color de rosa.  Descubrir que mis garabatos no estaban ni cerca de la imagen que tenía en mi cabeza fue frustrante; no poder estudiar una carrera en artes para mejorar fue el doble de frustrante; ver cómo las ocupaciones del día a día me iban absorbiendo y alejando de lo que aspiraba lo fue más. Sin embargo, creo que Dios no te da un sueño sin la capacidad para cumplirlo.

Y es así que, después de años de estudiar de mis propios libros de dibujo, de participar en coloquios de cómic, diseño, animación; de adentrarme en la lectura de libros clásicos, así como de cómics y manga, y de uno que otro taller de escritura, es que parto a esta aventura que se llama "crear novela ilustrada". Con nada más que unas hojas de papel, un lápiz, un bolígrafo y el apoyo de todos aquellos que desen unírseme. 

Porque la ficción no sirve solo para "pasar el rato" o "desconectarse del mundo"; tampoco para plasmar fantasías grotescas de un escritor que quiere ganar fama con morbo. La ficción también puede enseñarnos, guiarnos, sanar corazones... y ayudar a dejar el mundo en mejores  condiciones de cómo lo encontramos. 

Eso es lo que creo.