sábado, 5 de julio de 2025

Habemus mascota oficial

 No soy diseñadora, lo admito. Conozco un poco de las bases del diseño por cosas que mi hermana y algunos amigos me han platicado, pero hasta ahí. Sin embargo, como parte del proceso para desarrollar novelas ilustradas (que ni siquiera sé si llegarán a alguien) estuve buscando un ícono, un elemento que fuera representativo de lo que quiero hacer. Una mascota.

Ayer vi una película muy entretenida llamada "Nonas", sobre un sujeto que abre un restaurante italiano y contrata abuelitas italianas para que la comida sepa como hecha en casa. "Más que un restaurante, ofrecemos familia" dijo. Está basada en una historia real. Me gustó el concepto porque es parecido a lo que quiero hacer: no ofrecer solo una historia de personajes ficticios a la gente, de la que tal vez no recordarán nada cuando lean su siguiente libro, sino un sentimiento que se quede con ellos. Y por eso, la mascota que elija debería de representar algo así. 

Estuve dándole vueltas toda la semana al tema. Una opción era un oso panda, porque me gustan los pandas (en general, me gustan los osos de todo tipo); pero encontré algo mejor.


Este par de muñecos que ven en la foto los he tenido... pues... casi toda mi vida; desde que tenía como cuatro o cinco años (en serio, no me recuerdo jugando a algo en donde ellos no estuvieran). A uno hasta se le ve el parche. Me han acompañado en mis diferentes mudanzas, hasta se fueron en mi maleta cuando me cambié de ciudad. Uno de ellos en particular, el Oso Café, guarda sentimientos  muy especiales porque me lo obsequió cierta persona a quien ni siquiera recuerdo, pero que cada que pienso en ella me llena de ternura. 

Por eso no podría hacer mejor mascota para la marca  (si se le puede llamar así) que él. A partir de hoy, Oso Café será mi imagen. Me pregunto si realmente volará tan lejos como sueño. 






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